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Reproducción sexual

REPRODUCCIÓN SEXUAL es el proceso que origina nuevos seres vivos a partir de dos células reproductoras o gametos distintos, las cuales provienen de dos progenitores de diferente sexo.


El proceso de reproducción sexual ha permitido el desarrollo de una gran diversidad de organismos. Los seres vivos, ya sean de especies vegetales o animales, tienen la capacidad de reproducirse sexualmente para dar lugar a nuevos descendientes, es decir, para perpetuar la especie en el tiempo.
La condición primordial para que se lleve a cabo la reproducción sexual es la unión de dos células especializadas y distintas llamadas células reproductoras o gametos.
Una de estas células, la masculina, proviene de un individuo macho y la otra, la femenina, es aportada por un individuo hembra. Esto significa que en la reproducción sexual participan individuos de distinto sexo.
La unión de los gametos da lugar a la formación de una nueva célula, cuyo desarrollo conduce a la formación de un nuevo individuo de la especie.

¿Cuáles son las características de la reproducción sexual?

Las dos características más importantes de la reproducción sexual son:
La presencia de células reproductoras o gametos, que se producen en órganos especializados.
o La unión de los gametos que tiene como consecuencia la formación de un nuevo ser.

 

a. Los órganos sexuales
Los órganos sexuales en su conjunto constituyen el sistema reproductor y es la condición orgánica que distingue al macho de la hembra.

ÓRGANOS SEXUALES son las estructuras especializadas para la formación de los gametos o células reproductoras.

Las diferencias entre machos y hembras de una misma especie se establecen casi exclusivamente en función de su sistema reproductor.
Así por ejemplo, en una camada de gatitos debemos observar sus órganos sexuales externos para saber a qué sexo pertenece cada uno. Otras veces la diferencia queda clara con sólo mirar al animal, como es el caso del gallo y la gallina,cisnes etc. A esto se le llama dimorfismo sexual.

 

 

En algunas especies de animales no se produce la diferenciación sexual. Cada individuo de la especie es al mismo tiempo macho y hembra, por lo cual tiene las dos sexos.

Posee ambos sistemas reproductores que producen indistintamente gametos masculinos y femeninos. Estos animales reciben el nombre de hermafroditas. Es el caso de los caracoles, las sanguijuelas y las lombrices de tierra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

b. Las células reproductoras: los gametos
La unión de una célula reproductora masculina y una femenina da origen a un nuevo ser capaz de desarrollarse.

LOS GAMETOS son células especializadas para la reproducción y poseen la mitad de la información genética presente en cada una de las demás células del organismo.

El gameto producido por un macho, tiene la mitad de información genética de la que tienen las células de cualquier otra parte del cuerpo. Lo mismo ocurre con el gameto de la hembra. De esta forma, al unirse ambos gametos, el nuevo ser vivo tendrá la cantidad típica de información genética característica de su especie.
Es decir, la información codificada en el ADN se transfiere, en cada especie animal o vegetal, por medio de la reproducción, desde los progenitores o padres hasta los hijos que heredan dicha información a través de los gametos.
Dado que los órganos sexuales masculino y femenino son diferentes, podemos inferir que las células producidas por cada uno de esos sistemas también lo son.


¿Qué diferencias existen entre los gametos masculinos y los femeninos?
o Los gametos masculinos tienen las siguientes características:
- Son más pequeños que los gametos femeninos.
- Presentan uno o más o flagelos (colas) que los capacitan para moverse, en el caso de las especies animales y de algunas plantas.
- Están especializados para la movilidad.
o Los gametos femeninos se distinguen por lo siguiente:
- Son de gran tamaño, en relación al gameto masculino.
- Su citoplasma contiene gran cantidad de sustancias alimenticias de reserva para el desarrollo del futuro ser.
- Están especializados para la producción y almacenamiento de nutrientes.
Los gametos masculinos se denominan generalmente espermatozoides. y los femeninos, óvulos.
Pese a las diferencias descritas anteriormente, ambos gametos poseen la mitad de ADN que el resto de la demás células, y son células especializadas en la función reproductora.

 

 

 

 

c. El cigoto
¿Qué ocurre cuando se une un gameto masculino con otro femenino?
Se produce una nueva célula o cigoto.

EL CIGOTO es la célula resultante de la unión de un gameto masculino y un gameto femenino, y que constituye un nuevo ser vivo.
La unión de ambos gametos, espermatozoide y óvulo, tiene dos consecuencias
inmediatas, a saber:
1.- La célula resultante o cigoto posee la cantidad de información genética característica de su especie, en la que cada progenitor aporta la mitad.
2.- El nuevo ser vivo posee información genética diferente a la que posee cada uno de sus progenitores, pues el cigoto es el producto de la combinación de dos tipos diferentes de información genética, contenida en los gametos masculino y femenino.
Estos hechos permiten explicar por qué los organismos que se reproducen sexualmente no son genéticamente idénticos a sus progenitores.
Las variaciones genéticas que se producen a lo largo del tiempo son las que permiten a estas especies adaptarse a los cambios que se producen en el medio ambiente, de manera que puedan seguir existiendo por tiempo indefinido de generación en generación. Se deduce así que la supervivencia de una especie que se reproduce sexualmente depende, en gran medida, de la facultad de su mayor variabilidad genética.

La importancia de la reproducción sexual para la evolución de la vida en nuestro planeta, radica en el gran potencial de las especies de mantener y promover variaciones genéticas en los descendientes.

 


La fecundación

FECUNDACIÓN es la unión de gametos de distinto sexo para dar origen al cigoto.

La fecundación procede de acuerdo a las siguientes etapas:
o Contacto de las dos células sexuales.
o Transferencia de información genética desde el gameto masculino al femenino.
o Formación del cigoto.
o División del cigoto en varias células que darán origen al embrión o futuro individuo.
A continuación de la fecundación se dan una serie de acontecimientos propios del crecimiento y desarrollo de un organismo: aumento del número de células y especialización de ellas, para generar tejidos y órganos específicos característicos de la especie.
Esta sucesión de etapas corresponde al patrón básico de desarrollo de un cigoto, perteneciente a cualquier especie del reino animal.
Sin embargo, existen diferencias establecidas entre los distintos tipos de animales, determinadas por el lugar donde se desarrolla el cigoto. La fecundación puede realizarse en el medio externo, es decir, fuera del organismo materno, o dentro del sistema reproductor femenino. Así podemos distinguir: fecundación externa y fecundación interna.

a. Fecundación externa

Esta forma de fecundación es propia de los animales acuáticos y de algunos animales que viven alternadamente en ambientes acuáticos y terrestres, como es el caso de los anfibios.
La hembra y el macho expulsan grandes cantidades de gametos al medio externo donde estos se unen, y que generalmente es el ambiente acuático. En estas condiciones existe un alto riesgo de que no ocurra la fecundación, ya que el medio externo no proporciona la protección que requiere el desarrollo de los cigotos.

 

FECUNDACIÓN EXTERNA es la unión de gametos que se realiza en el medio externo es decir fuera del cuerpo de la hembra.
La supervivencia de las especies con fecundación externa, se asegura mediante la expulsión de grandes cantidades de gametos para producir cigotos, que en un porcentaje importante sobrevivan a los depredadores naturales o a las condiciones ambientales adversas.

b. Fecundación interna
Esta forma de fecundación es propia de los animales terrestres: insectos, arácnidos, reptiles, aves y mamíferos, incluyendo al hombre.

FECUNDACIÓN INTERNA es la unión de gametos que se realiza en el interior del cuerpo de la hembra.
La fecundación interna se realiza generalmente mediante la copulación, proceso en que el macho deposita sus gametos dentro del sistema reproductor de la hembra, de manera que pueda darse la unión con el gameto femenino y se forme el cigoto. Gracias a la fecundación interna, los animales aseguran la supervivencia. El medio interno protege a los gametos, evitando la deshidratación.
Muchos animales superiores cambian su comportamiento y hasta sus características externas cuando van a realizar la copulación. Previo al contacto físico, las aves realizan danzas y cantos especiales. A veces la coloración de su plumaje se torna llamativa y vistosa para atraer la atención del macho o de la hembra. Los mamíferos suelen emitir sonidos que reconocen como un llamado para la copulación y, en algunos casos, los machos compiten entre sí por las hembras con las que realizarán el apareamiento.
La mayor parte de los animales suelen realizar la copulación en una época determinada del año, que habitualmente coincide con la primavera, y que es el período de tiempo en que el animal está biológicamente capacitado para que ocurra la fecundación. A esta etapa se le llama periodo fértil En el caso de un animal mamífero, el período fértil correspnde a lo que denominamos periodo de celo.

                      

c. Desarrllo del embrión


EL EMBRIÓN
EL EMBRIÓN es el nuevo ser vivo que se encuentra en la etapa inicial del desarrollo.

Desarrollo del embrión
Una vez finalizada loa fecundación y formado el cigoto, ésta comienza a dividirse por mitosis, originando un organismo pluricelular. En este momento se puede hablar de embrión. A medida que va desarrollándose va aumentando no sólo el tamaño por la multiplicación de las células, sino que además, va progresivamente tomándose más complejo.
EL desarrollo embrionario pasa por diferentes etapas. En la primera, la segmentación del huevo (o división del huevo por mitosis) produce las células llamadas blastómeros, que cada vez son más pequeñas, terminando por constituir la mórula (cuya forma es parecida a una mora), La que en la fase siguiente se va transformando en blástula, cuyas células crecen y forman a la gástrula, etapa crucial del, desarrollo por la aparición de tres capas embrionarias que darán origen a los diferentes tejidos y órganos.

El desarrollo del embrión se da de diferentes maneras de acuerdo a la especie.

 

a.- Desarrollo fuera del cuerpo de la madre y en el interior de un huevo.

El huevo es el conjunto de estructuras de protección y sustancias nutritivas, y en cuyo interior se encuentra el gameto femenino, que puede o no estar fecundado.
Los anfibios e insectos producen huevos pequeños con pocas reservas alimenticias, por lo que el embrión sale del huevo generalmente en estado de desarrollo intermedio, es decir, no totalmente formado, llamado estado de larva. La larva experimenta una serie de transformaciones hasta convertirse en adulto, en un proceso denominado metamorfosis.

 

 

 

 

 

b.- Desarrollo dentro del cuerpo de la madre y en el interior de un huevo.

Es el caso de algunos mamíferos, como el ornitorrinco, y de algunos reptiles, como la víbora.
Desarrollo dentro del cuerpo de la madre. Pero recubierto por un huevo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

c.- Desarrollo incompleto dentro de la madre

 

Es propio del grupo de los marsupiales, como el canguro en Australia y el monito del monte en Chile. El embrión se mantiene hasta cierto punto de desarrollo en la madre. Luego sale al medio y completa su desarrollo en el llamado saco marsupial, que es un repliegue de la piel de la madre. Donde se encuentran las glándulas mamarias.

 

d.- Desarrollo completo al interior de la madre


Ocurre en la mayoría de los mamíferos, incluyendo la especie humana. Se caracteriza porque el embrión crece y se desarrolla en el interior del cuerpo de la madre hasta que completa el tamaño y condición biológica que le permite nacer. Este proceso se llama período de gestación y es variable según la especie.

El sistema reproductor humano   

Las células nacen, crecen, se reproducen y mueren, por lo que la perpetuación de una especie erige la sustitución de unos seres por otros. Este proceso mediante el cual un ser da origen a otros seres semejantes es lo que se denomina reproducción.
En la especie humana, la función de reproducción es sexual: el nuevo ser tiene su origen en una célula, llamada huevo o zigoto, que proviene a su vez de otras dos células, los gametos, que se han fusionado para formar dicho huevo. Los órganos reproductores o genitales están adaptados para llevar a cabo la unión de los gametos y la formación y desarrollo del zigoto hasta la constitución de un nuevo ser humano.
Los aparatos reproductores masculino y femenino, que "fabrican" los gametos y posibilitan la fecundación presentan notables diferencias. Sin embargo, ambos tiene unos órganos que han de cubrir necesidades comunes, las gónadas (donde se forman los gametos), las vías genitales (conductos que llevan los gametos al lugar de la fecundación) y los genitales externos (órganos que permiten la unión-sexual encuentro entre los gametos).

                                                                                         

 

 

 

Aparato genital masculino


El aparato genital está destinado a la formación de nuevos individuos con objeto de asegurar la continuidad de la especie. Está formado por distintos órganos: el testículo, la próstata, el pene y una serie de conductos que conducen el esperma.

 

 

 

 

Testículo Es la glándula germinal masculina. Tiene forma ovoidal, siendo sus dimensiones unos 4 cm de largo, 2 cm de ancho y 3 cm de grueso. Es un órgano par que está situado en la parte anterior de la región perineal, por debajo del pene, en el interior de las bolsas escrotales, suspendido del cordón espermático.
La capa externa del testículo o túnica albugínea lo rodea completamente. Su superficie externa es lisa. Interiormente está dividido en lobulillos, en cuyo interior se encuentra el parénquima testicular y, en el seno de los mismos, los túbulos seminíferos, que se reúnen para formar el conducto recto. Estos conductos rectos confluyen en una estructura denominada cuerpo de Highmore para formar la rete testis, de la que nacen los conos eferentes que penetran en el epidídimo.
Los testículos tienen una función exocrina. Información de espermatozoides, efectuada por las células del epitelio germinal de los túbulos seminíferos, y una función endocrina, la secreción de testosterona.

 Epidídimo
Es una estructura tubular, situada en el polo posterior del testículo, cuyo largo conducto enrollado permite el almacenamiento, tránsito y maduración de los espermatozoides. Se continúa con el conducto deferente.

Conducto deferente
Se extiende desde el epidídimo hasta las vesículas seminales.
Tiene de 50 a 60 cm de largo y su misión es impulsar a los espermatozoides hacia la uretra. Desde el epidídimo asciende por el conducto inguinal, penetra en el abdomen, bordea la vejiga de la orina y termina a la altura de la próstata, en el conducto eyaculador.

Vesículas seminales
Son un órgano tubular cuya misión es segregar un líquido gelatinoso que activa la locomoción de los espermatozoides. Están situadas encima de la próstata y desembocan en el conducto eyaculador, junto a los conductos deferentes.

Conducto eyaculador
Resulta de la unión de las vesículas seminales y el conducto deferente.

 

Pene

Es el órgano copulador del varón. Su cuerpo es cilíndrico y la extremidad distal está constituida por el glande, en cuyo vértice se encuentra el meato uretral. El prepucio es la parte del pene que cubre el glande cuando el órgano no está erecto. Tiene una longitud de unos 10-12 cm en estado de flaccidez y de 15-16 en estado de erección.
Interiormente distinguimos los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso de la uretra, formaciones eréctiles ambas cuya disposición y estructura posibilita que el pene se alargue durante la erección.

 

 

                                                         

Cubiertas del testículo
Las bolsas se componen de seis túnicas superpuestas que, de fuera hacia dentro, son: el escroto, piel delgada, oscura y elástica; posee glándulas sudoríparas y sebáceas y folículos pilosos; el dartos, capa muscular: la fascia de Cooper, una túnica celulosa; el músculo cremáster; la fascia espermática, que envuelve el cordón espermático y el testículo; y la fascia vaginal, serosa, continuación del peritoneo.

Próstata
Es una glándula de secreción externa. Tiene forma de castaña y está situada detrás de la sínfisis del pubis, bajo el cuello de la vejiga, delante de la ampolla rectal. Es atravesada por la uretra.
Segrega el líquido prostático, que durante la eyaculación es mezclado con los espermatozoides procedentes de las vesículas seminales.

Perineo
Recibe este nombre la región anatómica que comprende el suelo de la pelvis y las estructuras adyacentes que ocupan el espacio limitado anteriormente por la sínfisis del pubis, lateralmente por las tuberosidades isquiáticas y posteriormente por el cóccix.
El recto lo atraviesa por detrás y la uretra y los órganos genitales por delante.

Aparato genital femenino
El aparato genital femenino está constituido por distintos órganos destinados a producir los óvulos, posibilitar la fecundación de los mismos por los espermatozoides, contener y nutrir al feto durante la gestación y expulsarlo en el acto del parto.
Se halla profundamente situado en la excavación pelviana y se compone del ovario, las trompas de Falopio, el útero y la vagina. También corresponden a este aparato las mamas, órganos encargados de alimentar al nuevo ser en las primeras etapas de su vida.

Ovario
Los ovarios o glándulas genitales de la mujer son dos formaciones glandulares situadas en la pelvis, por detrás del útero, en un pliegue del peritoneo denominado ligamento ancho. Su forma es la de una almendra, variando sus dimensiones y color con la edad y con la fase del ciclo ovárico. Están conectados al útero por las trompas de Falopio, cuyo extremo fimbriado los recubre parcialmente.
El ovario posee una importante función endocrina, la secreción de las hormonas denominadas estrógenos y progesterona, que actúan sobre el aparato genital, y especialmente sobre el útero, preparándolo para la fecundación, nidación y nutrición del embrión.

Son las gónadas femeninas.
Estas dos glándulas, de forma almendrada, se encuentran detrás del útero y se fìjan a la parte baja del abdomen mediante una serie de ligamentos. Se conectan al útero por las trompas de Falopio.
Cada ovario tiene dos zonas:

· Zona cortical o germinativa:
Presenta unas cavidades, los folículos, que contienen las células sexuales en distintos grades de madurez. Los folículos maduros se abren al exterior y liberan un óvulo.

· Zona medular o vascular:
Situada en el centro del órgano, está formada por tejido conjuntivo muy irrigado e inervado.
El ovario posee una importante función endocrina porque segrega unas sustancias, los estrógenos y la progesterona, que actúan sobre el útero y lo preparan para la fecundación y la nutrición del embrión.

Trompas de Falopio
Son dos conductos, uno derecho y otro izquierdo, qué se extienden desde el ovario hasta el ángulo superior del útero. Su misión es recoger el óvulo cuando se rompe el folículo de De Graaf y transportarlo a la cavidad uterina, donde se fijará si ha sido fecundado y de donde será expulsado en caso contrario.
Miden unos 10 cm de longitud y están situadas entre las hojas del ligamento ancho, unidas al útero por el ligamento tuboovárico.

Útero
Es el órgano de la generación, destinado a recibir el óvulo fecundado, a conservar y nutrir el producto de la fecundación y a expulsarla en el curso del parto.
En la mujer adulta tiene forma de pera, de unos 7-8 cm de longitud. Está situado en la pelvis, entre el recto y la vejiga de la orina, tapizado por el peritoneo y fijado por los ligamentos anchos, redondos y terosacros.
Está constituido por tres capas: serosa o externa, muscular o media -alcanza un gran desarrollo durante la gestación y es de musculatura lisa e interna o endometrio -tapiza toda la superficie interna y experimenta cambios cíclicos mensuales que dan lugar a la menstruación-.

Vagina
Es el órgano copulador de la mujer, cuya principal función es recibir el pene durante el coito. Permite, asimismo, el paso del flujo menstrual y del feto en el acto del parto.
Es un órgano impar y medio, impar cilíndrico, musculomembranoso, dilatable y extensible. Tiene una longitud de unos 6 o 7 cm. Su extremidad superior está unida al cuello uterino, alrededor del cual se forma un fondo de saco.
La extremidad inferior se abre en la vulva mediante un orificio que, en la mayoría de las mujeres vírgenes, esta parcialmente ocluido por la membrana del himen.
Las paredes interiores presentan pliegues transversales denominados arrugas de la vagina, y se encuentran recubiertas de mucosa.

 

 

Genitales externos femeninos.

Vulva Designamos con este nombre el conjunto de órganos genitales externos de la mujer.
La extremidad inferior de la vagina se abre en la vulva a través de un orificio.
La vulva presenta un par de labios mayores, unos repliegues cutáneos cubiertos de vello, y un par de labios menores, parecidos a los anteriores pero sin vello y situados más interiormente. En las mujeres vírgenes también suele haber el himen, un repliegue membranoso que ocluye parcialmente el orificio vaginal. En la parte superior de la vulva hay una estructura eréctil, el clítoris, que es el órgano sensorial sexual femenino y juega un papel importante durante la copulación.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También se pueden considerar como genitales externos las glándulas mamarias, los órganos destinados a la alimentaci0n del nuevo ser en las primeras fases de su vida. Situadas en la pared anterior del tórax, estas glándulas productoras de leche están rodeadas de células musculares cubiertas de grasa y presentan una red de conductos que desembocan en el pezón. Durante el embarazo, el número de canales y de glándulas productoras de leche se incrementa, en perjuicio de la grasa, mientras que la sangre abastece el crecimiento de los pechos.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La fecundación
Espermatozoides: un único vencedor


Los espermatozoides, las células sexuales masculinas, se forman en los túbulos seminíferos de los testículos a partir de unas células denominadas espermatogonias.

Este proceso, la espermatogénesis, presenta cuatro fases diferenciadas:.Fase de proliferación: Las células germinales se multiplican por mitosis y originan espermatogonias con 46 cromosomas.
.Fase de crecimiento: Las espermatogonias aumentan de tamaño y aparecen los espermatocitos de primer orden, todavía con 46 cromosomas.

.Fase de maduración: Los espermatocitos sufren primero una división meiótica y, luego, una segunda mitosis, dando lugar a cuatro espermátidas con 23 cromosomas.
.Fase de diferenciación o de espermiogénesis: Cada espermátida se transforma en un verdadero espermatozoide, preparado para fecundar un óvulo.

El número de espermatozoides que se liberan en cada eyaculación puede llegar hasta los 350 millones por cm3. Sin embargo, normalmente, sólo uno podrá alcanzar su objetivo:

fecundar un óvulo. Para ello han de realizar un "largo" viaje de unos 10 cm, hasta las trompas de Falopio, a una velocidad aproximada de 4 mm por minuto.
En un espermatozoide, que mide 50-60 micras, se distinguen la cabeza, la pieza intermedia y el flagelo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La cabeza contiene los enzimas que ayudan a penetrar en el óvulo.
La pieza intermedia consta de dos centriolos en cada extremo, un filamento axial central y una serie de mitocondrias que lo envuelven y aportan energía para el movimiento del flagelo.


El filamento axial del flagelo o cola presenta una doble envoltura, cuyo movimiento flagelar permite el desplazamiento del espermatozoide.

En 3 o 4 ml. de semen hay unos 400 millones de espermatozoides. Para conseguir el tamaño de la cabeza de una aguja se precisarían unos 40 espermatozoides uno al lado del otro.

Una carrera de obstáculos

En la especie humana, la fecundación es de tipo interno: es preciso introducir los espermatozoides en el aparato reproductor femenino, lo que se lleva a cabo mediante el acto sexual o copulación.
La copulación se inicia con la erección del pene y continúa con su introducción en la vagina y la eyaculación del semen.
Los espermatozoides penetran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio, en donde tiene lugar la fecundación. Este camino es una carrera de obstáculos y una verdadera prueba de resistencia. Cientos de millones de espermatozoides perecen en el cuello del útero, víctimas de la secreción ácida de la mucosa que lo recubre. La mucosa actúa de filtro selectivo: sólo un 1 % de los espermatozoides alcanza la cavidad uterina. Muchos otros perecen dentro de esta, literalmente agotados, y sólo unos pocos centenares consiguen ascender por la trompa de Falopio para dirigirse al encuentro del óvulo.
Si la fecundación es normal, sólo uno de ellos logrará atravesar la membrana del óvulo y fecundarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Proceso de fecundación del óvulo por un espermatozoide

Durante este proceso, que dura una media hora, los espermatozoides se sienten atraídos por una sustancia química que desprende el óvulo. Los que quedan retenidos en las vías genitales femeninas todavía son aptos para la fecundación durante uno o dos días más.
La fecundación da origen al zigoto, la primera célula del nuevo individuo. El proceso de fecundación consta de dos fases bien diferenciadas: la primera es la fertilización, cuando el espermatozoide perfora la membrana del óvulo, introduce la cabeza y la pieza intermedia, pierde la cola, y se forma una nueva membrana para impedir la fecundación por otro espermatozoide.
Seguidamente, se produce la fusión del núcleo del espermatozoide con el núcleo del óvulo para formar una célula de 46 cromosomas, la anfimixis, que marca el inicio del desarrollo embrionario.

 

 

 

 

 

 

 

 


El óvulo, una célula "en conserva"


El óvulo es una gran célula esférica, de 0,1 mm de diámetro (medio grano de sal), pero es incompleta, ya que sólo puede subsistir si un espermatozoide le proporciona la otra mitad del material nuclear que necesita para prosperar.

El citoplasma de esta célula lo forman unas sustancias de reserva o vitelo. En él se localizan los gránulos corticales y el núcleo o vesícula germinal, cuyos nucléolos reciben el nombre de manchas germinativas. El citoplasma está envuelto por diversas membranas que protegen el óvulo.
El proceso de formación de los óvulos, la ovogénesis, se desarrolla en el interior de los folículos del ovario antes del nacimiento del ser femenino.
En la fase de proliferación, las células germinales se multiplican por mitosis y originan ovogonias, células de 46 cromosomas. Durante la fase de crecimiento, las ovogonias aumentan de tamaño, se transforman en ovocitos de primer orden, se rodean de células foliculares y dan lugar a folículos primordiales, que paralizan su actividad.
Estos ovocitos primarios permanecen "en conserva", sin actividad, hasta que la mujer llega a la pubertad y se reinicia el proceso: los ovocitos se dividen, primero, por meiosis y se convierten en células con 23 cromosomas, liberando un corpúsculo polar que degenera. En la siguiente división, el ovocito libera otro corpúsculo y se transforma en óvulo. Es entonces cuando se rompe el folículo y el óvulo sale del ovario. Esta circunstancia, denominada ovulación, sé produce en la mujer con una frecuencia promedio de 28 días.

 

 

 

 

 

 

                                    

   El acto sexual

Para que nazca un ser humano, es necesario que un óvulo y un espermatozoide se encuentren y se fusionen, es decir, que exista la fecundación, que el huevo se fije en el útero (nidación) y que se transforme en feto (embarazo).
El acto sexual es aquel por medio del cual se unen el hombre y la mujer en un acoplamiento que permite la fecundación. Es el instinto, deseo o impulso sexual lo que atrae a la pareja, el uno hacia el otro. Este deseo se traduce en el hombre en un fenómeno muy aparente, la erección, y en una serie de transformaciones, quizá menos evidentes, en la mujer.
La erección la pueden provocar diferentes formas de excitación física, psíquica o sensorial, que actúan sobre un centro reflejo situado en la médula espinal. En el curso de la erección, los cuerpos eréctiles del pene (cuerpos cavernosos, cuerpo esponjoso y glande) se llenan de sangre y se cierran las venas que permiten que esta vuelva a la circulación general. El pene aumenta de volumen, se endereza hacia delante y se pone rígido, y de esta manera puede penetrar en la vagina.
En la mujer, bajo la influencia del deseo, también se produce un aflujo sanguíneo a la altura de la vagina. En las paredes vaginales se forman unas finas gotas, compuestas de un líquido lubrificante que facilita el acto sexual.
La vagina se modifica: la parte superior se ovala y la inferior se estrecha para poder ceñir mejor el pene en la penetración.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La eyaculación se produce cuando el pene está en erección, gracias a las potentes contracciones de los músculos perineales. Estas contracciones hacen avanzar el esperma, que se acumula en las vesículas seminales, hacia el principio de la uretra y hacia el meato.
El esperma se expulsa en varios chorros que decrecen en potencia, en una cantidad de 2-4 cm3 por eyaculación, es decir, entre 100 y 400 millones de espermatozoides, gran parte de los cuales pueden fecundar varias horas después de su emisión.
La erección y la eyaculación pueden producirse de manera inconsciente durante el sueño; las eyaculaciones nocturnas, frecuentes durante la adolescencia, son un fenómeno completamente normal.

 

 

 

 

 

 

 

La división cromosómica

Después de la eyaculación, los espermatozoides entran en el útero y ascienden por la trompa de Falopio.
Si en esta existe un óvulo maduro liberado el mismo día o el día anterior por el ovario, se produce la fecundación. Cuando la cabeza de un espermatozoide penetra en el óvulo, la membrana de este experimenta una serie de transformaciones para que ningún otro pueda entrar.
En ese momento, 23 cromosomas masculinos del espermatozoide se unen con los 23 cromosomas femeninos del óvulo para originar el zigoto. A partir de entonces se desarrolla el proceso de reproducción celular, la mitosis. El zigoto se desplaza por la trompa de Falopio y, a las pocas horas, se divide en dos células más pequeñas, y así sucesivamente

Las células se duplican en copias exactas a la anterior. El comienzo o profase consiste en la desaparición . del núcleo de la célula, mientras los cromosomas tienden a situarse en el centro y los centriolos se desplazan hacia ambos extremos. En la metafase, los centriolos acaban de colocarse para que se pueda iniciar la etapa siguiente, la anafase, en la cual los cromosomas se separan. En la telofase, la célula queda dividida en dos partes idénticas con la aparición de los nucléolos, la formación de una membrana nuclear en cada extremo, y el estrechamiento y posterior división de la membrana citoplasmática por la zona central.
A los cuatro días de la fecundación, el embrión, ya fijado en la pared del útero, consta de 32 células idénticas dispuestas en forma de esfera, la mórula.

         

El zigoto, de la zarzamora al embrión

Después de la fertilización, cuando el material genético del espermatozoide completa el contenido nuclear del óvulo para formar una célula con 46 cromosomas, la célula originada, el zigoto, se dirige hacia el útero, donde permanece y se desarrolla durante nueve meses.
En su viaje al útero, el zigoto se divide hasta formar un conglomerado compacto de 16 o 32 nuevas células, la mórula, que se parece al fruto de la zarzamora. Los blastómeros, las células de la mórula, segregan un líquido seroso que llena el interior del conglomerado y forman una cavidad en él. Es el estado de blástula, durante el cual este primitivo organismo, parecido a una bola hueca, se fija a las paredes del útero. Esta anidación tiene lugar hacia el sexto o séptimo día después de la fecundación.
En el útero, las células continúan multiplicándose y empiezan a especializarse para formar, posteriormente, todos los tejidos y órganos del embrión, un futuro organismo humano. A partir de la tercera semana aparecen las estructuras que darán lugar a los distintos órganos, el esqueleto, los vasos y el sistema nervioso.

 

 

 

 

 

La gestación    Desarrollo del embrión

 

A las cinco semanas, el embrión empieza a ser visible. Tiene unos 5 mm de longitud, su corazón comienza a latir, se insinúa la columna vertebral y el cerebro se desarrolla rápidamente.
A las siete semanas se hacen perceptibles los futuros pies y manos.
La cara y los ojos empiezan a tener forma y se reconocen los órganos sexuales.
A la octava semana, cuando termina el período embrionario, el embrión ya tiene aspecto humano, aunque su cabeza es muy grande en comparación con el resto del cuerpo.
Al tercer mes empieza el período fetal, durante el cual el feto se alimenta gracias al intercambio de sangre, nutrientes y oxigeno entre él y su madre. Este intercambio se realiza a través de la placenta, a la cual se une mediante el cordón umbilical. Dentro del útero, el feto está protegido por el saco amniótico, una bolsa de líquido acuoso que absorbe los golpes y las vibraciones, y mantiene una temperatura intrauterina constante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aparato genital masculino Aparato genital femenino

Período fetal: un lento desarrollo

A partir del inicio del tercer mes comienza el período fetal, el de consolidación, desarrollo y maduración de las estructuras y órganos.
Hacia el cuarto mes se esbozan el tubo digestivo, el hígado, el páncreas y los riñones, mientras el aparato circulatorio asegura la alimentación de las células del feto. Aparecen los cabellos y las uñas.
En el quinto mes empieza la maduración del sistema nervioso: las neuronas forman una compleja red de estímulos y respuestas. La madre comienza a percibir los movimientos del feto, que ya tiene cejas, pestañas y vello eh la piel.
En el sexto mes, el feto adquiere un color rosáceo al hacerse visible la sangre de los capilares.
A los siete meses, los pulmones ya cuentan con una mínima estructura que permitiría la supervivencia del bebé en caso de un parto prematuro. La médula ósea adquiere su función de producción de glóbulos rojos y el sistema nervioso regula la temperatura corporal y los movimientos respiratorios.
En el octavo mes, los pulmones ya están listos para realizar las primeras respiraciones. La piel aparece rosada y lisa.
A los nueves meses, el tórax se hace prominente. El feto acaba de posicionarse en el útero, normalmente cabeza abajo, y permanece en esta posición porque el útero no puede dilatarse más.
Hacia las 36 semanas, ya en la fase terminal, el feto encaja su cabeza en la pelvis de la madre y está listo para el parto, que se produce entre la semana 38 y la 42.

 

Existen gemelos y gemelos

 


según el número de zigotos de los que procedan. En efecto, los gemelos, es decir, los seres nacidos en un mismo parto, son bivitelinos si proceden de la fecundación de dos óvulos distintos por dos espermatozoides diferentes. También
se conocen con el nombre de mellizos: pueden ser de distinto sexo y parecerse como si hubieran nacido por separado.

Sin embargo, existen los gemelos univitelinos, desarrollados a partir de un único zigoto que se divide en dos, formando dos embriones idénticos porque, al proceder del mismo óvulo y del mismo espermatozoide, poseen igual material genético. Son del mismo sexo y comparten una sola placenta.
La probabilidad de tener gemelos es de 1 sobre 80, e incluso hay casos en que nacen tres o más bebés, pero son muy escasos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El momento culminante


Durante los primeros meses del embarazo, el feto se mueve y bascula dentro del liquido amniótico, por lo que es posible que nazca con el cordón umbilicar enrollado alrededor del cuello. Hacia el séptimo mes, el tamaño del feto impide los movimientos basculantes, por lo que en ese momento adopta su posición definitiva.
En la fase de expulsión, el momento culminante del parto, la presión del liquido amniótico provoca el desgarro de las membranas y el cuello vaginal se dilata hasta unos 10 cm de anchura para facilitar el paso, en primer lugar, de la cabeza del recién nacido. Es la presentación normal o cefálica, que se produce en el 96% de los casos.
Sin embargo, aproximadamente en un 3% de ocasiones, el feto se presenta al revés, es decir, sus nalgas se encuentran en contacto con el cuello uterino, o incluso puede presentarse de forma transversa.
En estos casos más complicados, a veces se precisa realizar una cesárea, una operación quirúrgica que, mediante un corte vertical u horizontal en la piel del vientre de la madre, permite sacar el recién nacido del útero materno .
Entre unos minutos y media hora después del nacimiento, empieza la última fase del parto: la expulsión de la placenta y de las membranas gracias a la retracción del útero (alumbramiento).

El médico la recoge y observa si está completa; en caso contrario, completa la expulsión empujando con una mano sobre el fondo uterino hacia la vagina, a modo de pistón. El peso de la placenta es de unos 500-600gr., aproximadamente 1/6 parte del peso del recién nacido.

 

 

El parto: fin de una etapa, inicio de una vida


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El parto es el momento en el cual el bebé deja el útero materno y sale al mundo exterior. Empieza cuando el feto desciende y se ubica en la cavidad de la pelvis de la madre, y suele durar entre 12 y 15 horas.
El parto se inicia con una serie de contracciones involuntarias y periódicas del útero, cada 15 o 30 minutos. Estas contracciones, que aumentan en frecuencia e intensidad, desplazan el feto hasta el cuello uterino, cuyo orificio se dilata desde los 3-4 mm hasta los 11 cm de diámetro.
Después de la rotura de la bolsa amniótica, lo que popularmente se llama romper aguas, las contracciones se hacen más intensas y suceden cada tres minutos. Las contracciones y los músculos abdominales de la madre expulsan el bebé a través de la vagina, empezando por la cabeza.
En una última fase se expulsan la placenta y las membranas protectoras del feto. El desprendimiento de la placenta produce cierta pérdida de sangre, pero los vasos sanguíneos rotos se cierran gracias a la disminución del volumen del útero.

 

Crecimiento y desarrollo del ser humano
Después del parto, el nuevo ser ha de empezar a enfrentarse a situaciones desconocidas y debe aprender a desenvolverse en el mundo exterior: infancia, pubertad, juventud, madurez y vejez se suceden en un ciclo que obedece a la necesidad de perpetuación de la especie.
El desarrollo del cuerpo humano se sustenta en las glándulas endocrinas, cuyas hormonas permiten el aumento de tamaño y número de nuestras células, tejidos y órganos. Es la glándula hipófisis, que se encuentra ubicada en el hipotálamo del cerebro, la que marca el ritmo de crecimiento de nuestro cuerpo.
El crecimiento más acusado, conocido con el nombre de el estirón, suele acontecer hacia los 14 años de edad en las chicas. Los chicos aunque experimentan este crecimiento algo más tarde, pueden ver como este se prolonga más tiempo.
En esta época también comienza la actividad de las hormonas sexuales, lo que marca el inicio de la pubertad. En las chicas aumenta el tamaño de los pechos y tienen lugar las primeras menstruaciónes. En los chicos aparece vello púbico y los testículos empiezan a producir espermatozoides.
El envejecimiento es un fenómeno natural debido al desgaste progresivo de los tejidos del cuerpo. Es a partir de los 30 años cuando los músculos empiezan a degenerar, y algunas vísceras, como el hígado, el corazón y los riñones, disminuyen en tamaño y rendimiento.
La vida del ser humano es limitada, pero aumenta cada vez más su esperanza de vida, es decir, el número de años que va a vivir. En la actualidad, para los hombres, la esperanza de vida es de unos 73 años, y de 77 años en las mujeres.

¿Qué es un método anticonceptivo?

Un método anticonceptivo es el que impide, de forma provisional, el encuentro del óvulo con el espermatozoide, ero permite a la mujer recobrar su fecundidad cuando lo desee. Es por ello que se debe diferenciar la contracepción de la esterilidad, que es definitiva, y el aborto, que es la interrupción del embarazo.
Se distinguen diferentes métodos anticonceptivos: La píldora suprime la ovulación porque contiene una mezcla de dos hormonas segregadas por el ovario: los estrógenos y la progesterona.


El condón es un preservativo masculino que se adapta desenrollándolo sobre el pene en erección, de la misma forma que un dedal cubre un dedo.
El preservativo femenino más empleado es el diafragma, un pequeño capuchón de goma o de otro material que se coloca en la vagina, delante del cuello uterino.
Los dispositivos intrauterinos son pequeños aparatos de material plástico, de diversas formas, que el médico introduce en la cavidad del útero.

Menstruación: un ciclo que se repite

Cada 28 días, normalmente, se expulsa un óvulo de uno de los ovarios y se transporta hacia el útero a través de la trompa de Falopio. En los tres o cuatro
días que dura la ovulación se segrega una hormona, la progesterona, que hace que la mucosa interna del útero se vuelva más esponjosa y se prepare adecuadamente para recibir la avalancha de espermatozoides y fecundar el óvulo.
Sin embargo, si no se fecunda el óvulo, se paraliza la producción de progesterona, se produce la rotura de algunos vasos sanguíneos y la mucosa se separa del útero. Entonces, el óvulo se expulsa al exterior junto con los restos de la mucosa uterina y una determinada cantidad de sangre.
Es el proceso que se conoce como menstruación, que dura cuatro o cinco días, y al final del cual vuelve a iniciarse un nuevo ciclo con el crecimiento y desarrollo de otro folículo en el interior del ovario.
La no repetición de la menstruación suele ser la primera señal de un. embarazo, aunque en ocasiones puede deberse a otros motivos, como trastornos emocionales o físicos.

A una edad madura (40-50 años),la menstruaciónse produce con menos regularidad hasta que, finalmente, cesa por completo: es la menopausia, proceso natural que representa la imposibilidad de tener hijos porque los ovarios dejan de producir óvulos fecundables.